Auras del Bohío Jícaras Tristes | Alfredo Espino Poemas

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Presentación de Poemario: Auras del Bohío Jícaras Tristes de Alfredo Espino.

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¡Hola, amiguitos! Disfruten del poemario AURAS DEL BOHÍO que pertenece al libro de poesía de Alfredo Espino Jícaras Tristes.

La obra poética de nuestro insigne poeta Alfredo Espino, está compuesta por 22 poemas: 
Acuarela salvaje, Los potros, Retorno, Camino de la quebrada, Mañanitas en los cerros, La casita blanca, La estrella en el rio…, Cañal en flor, Serenata, Chichontepec, La cruz de mayo, Luna en las ondas, Bajo el tamarindo, Cielo entre ramas, Un árbol del camino, El rio, El árbol, El estero, Mugido lejano, Con los cantaros, Quezaltepec, Lamatepec.

Toda la Obra Poética del Libro JÍCARAS TRISTES la pueden disfrutar en mi Canal de Youtube: Valentina Zoe Tv.

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ACUARELA SALVAJE

[Poema Completo]

Es el toro. Tan negro, que causa la impresión
de una bella escultura cincelada en carbón.

Sobre el repecho yergue su indómita arrogancia,
mientras todo un boscaje le rinde su fragancia…

Se oye una algarabía de urracas y de loros
en la tarde (princesa que se desmaya entre oros).

Entre policromías y entre bellezas tantas,
todo el bosque es murmullos, todo el bosque es
gargantas…

En los bejucos saltan pájaros de áureas colas,
y la charca se amansa, dormida, entre corolas.

Sobre la flor que aroma, sueña la flor que vuela:
tal es la mariposa que está sobre la umbela.

El del repecho mueve de pronto su figura:
SUs ojos son relámpagos en una noche oscura…

¿Algo espera? ¡Algo espera! Lo dice su mirada
que en lo negro fulgura como una llamarada…

Ruido como de un trote se oye lejano, sordo…
De los guayabos vuelan dos palomas y un tordo…
Vuélvese el del repecho. Sobre el negro testuz,
pone un fulgor sangriento la moribunda luz.

Por fin, entre malezas tupidas y apretadas,
despuntan cuatro cuernos, que es decir cuatro espadas…

Avanza una pareja:
es un toro con manchas y una vaca bermeja…

El del repecho embiste con ímpetu salvaje.
Un gran fragor de cuernos emociona el paraje…

Cornadas por cornadas, bramidos por bramidos…
Todo el bosque es silencio. Todo el bosque es oídos…

No ceden hasta que uno dóblase en el repecho…
¡Un gran clavel sangriento le condecora el pecho!

El negro toro yergue su victoriosa testa,
y resoplando baja la pedregosa cuesta.

Entre un claro de cielo del boscaje sonoro,
la “chiltota” atraviesa como un vislumbre de oro…

Un eco de canciones en el silencio vaga…
Un arrebol lejano sobre el charco se apaga…

Alfredo Espino.

LOS POTROS

[Poema Completo]

Ya se acercan los potros; raudamente precisa
el grupo sus contornos de estética salvaje;
entre el pálido rosa del lánguido paisaje
corren desenfrenados, a la par de la brisa.

Los potros ya se acercan; mas lo hacen tan aprisa,
que parece volaran sobre el quieto paraje;
desplázanse los cascos en fantástico viaje
atrás dejando chozas de silueta imprecisa…

Huracanadamente por los llanos nativos,
van devorando leguas los potros fugitivos,
por burlar los afanes del inútil seguimiento;

como una sombra alada pasan ante nosotros,
y los recios gañanes, en fuga tras los potros,
describen con los lazos rúbricas en el viento…

Alfredo Espino.

RETORNO

[Poema Completo]

Retornan los labriegos enfiestados
luciendo —pintorescos— sus cotones
de manta y sus ceñidos pantalones
en pozas de cristal recién lavados…

Marchan con sus machetes envainados,
pendientes de curtidos cinturones
mientras sobre los hombros fortachones
llevan alforjas llenas de comprados.

Bajo el atardecer de tenues lampos
—sin llevar ni zapatos ni chaquetas—
retornan los labriegos a sus campos.

Y lejos, en la vía rusticana,
se pierde la sencilla caravana
entre una polvareda de carretas…

Alfredo Espino.

CAMINO DE LA QUEBRADA

[Poema Completo]

Qu”ialumbre en el camino algún lucero
pues agora vendrá de la quebrada
mi negra, tan fresquita y perjumada
asma como el aire mañanero”.

Clama una voz, en medio del sendero;
abajo, entre el rumor de la cañada,
gime el agua, y su queja desmayada
se pierde en el silencio montañero…

Y ella aparece, en la cabeza el tol
y en el talle el rebozo tornasol
que él le mercó en el día de su santo…

Y sus sombras se juntan y las huellas
surgen del día, y como por encanto,
se borran, poco a poco, las estrellas…

Alfredo Espino.

MAÑANITAS EN LOS CERROS

[Poema Completo]

Es el mes de las lluvias, y por este
motivo, la tierra viste un traje
de tupido verdor, y entre el ramaje
se ve un poquito menos lo celeste.

La casuca de campo está más blanca
bajo la blanca lumbre mañanera.
Ha crujido un bambú. La enredadera
está besando cielo en la barranca.

“Besando cielo”, dije, y no he mentido,
porque en toda hondonada silenciosa,
un poco de agua azul no es otra cosa
que un cielito entre flores escondido…

Se hace frescura el viento campesino
en el sendero angosto
¡Cómo se ve que Agosto
acaba de pasar por el camino!

Hemos andado mucho, y todavía
no se acaba el sendero;
¡pero gracias al último aguacero
ha amanecido tan amable el día!

De la paz de los ranchos unos perros
me salen a mirar…
Se me recoge el alma al penetrar
al silencio oloroso de los cerros.

¡Olor, olor a monte, a valle, a loma!
¡Cuánta canción de amor me trae el viento!
¡Ya en mi oído no cabe tanto acento!
¡Ya no cabe en mi pecho tanto aroma!

Alfredo Espino.

LA CASITA BLANCA

[Poema Completo]

Si cuando la luna la empieza a besar
es una paloma queriendo volar
la casita aquella, tan pobre, tan blanca,
que como un gran lirio nimba la barranca…

Y no hay en el valle blancura ninguna
como esa blancura bañada de luna…
En la madrugada de albo terciopelo,
el que va subiendo, camino del cielo
parece que fuera subiendo…

Porque está muy alta la casita aquella:
tan alta, tan alta… que al salir la huella
de la mañanita, cualquiera diría
que tras la casita va saliendo el día…

Yo estuve allá arriba: me llevó el anhelo
de hallarme mas cerca.., más cerca del cielo…

Alfredo Espino.

LA ESTRELLA EN EL RIO…

[Poema Completo]

Hora quieta. Ya torna a la salvaje
quietud del nido, el pájaro furtivo;
y allá por el ocaso de oro vivo,
la barca de la luz emprende el viaje…

¡Qué dorada penumbra en el paisaje!
y qué triste el mirar del buey esquivo…
Y qué lindo lo azul que está cautivo
entre el marco de rosas del celaje…

¡Qué regalada sencillez de vida!
Cómo se siente el alma recogida
a la caricia de la tarde que arde…

¡Y cuál se alumbra el pensamiento mío,
cuando en el lecho de cristal del río
miro temblar la estrella de la tarde!

Alfredo Espino.

CAÑAL EN FLOR

[Poema Completo]

Eran mares los cañales
que yo contemplaba un día
(mi barca de fantasía
bogaba sobre esos mares).

El cañal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espadas de esmeralda…

Los vientos -niños perversos-
bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos…

Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel…

Y qué triste la molienda
aunque vuela por la hacienda
de la alegría el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches y las cañas…
¡Vierten lagrimas de miel!

Alfredo Espino.

SERENATA

[Poema Completo]

Una hilera de casas con la luna se baña;
la otra hilera de casas se esconde en la penumbra…
El farol esquinero con su oro vago alumbra
a un gatito que salta detrás de una alimaña…

El silencio es profundo; la niebla tenue empaña
lejanías de cerros. La torre se columbra
con su frágil vidriera que en la noche relumbra;
un halo vagaroso luce cada montaña…

Viola el recogimiento de la noche callada
el susurro de un vuelo por sobre la barriada
que una indecisa lumbre de tenue plata nimba…

De los montes lejanos vuelan dulces rumores;
y el canto de los gallos de los alrededores,
va alternando con hondas quejumbres de marimba…

Alfredo Espino.

CHICHONTEPEC

[Poema Completo]

Perdido entre la vaga lejanía,
Si te coronan nubes vaporosas,
eres búcaro azul de blancas rosas,
con que exornara su palacio el día…

Mas al venir la noche, muda y fría,
con sus horas de calmas silenciosas,
son tus moles columnas prodigiosas
sosteniendo una cúpula sombría…

Pero nada es más bello que mirarte
erguido siempre en majestad serena,
como si fueras el Tonante Dios;

o en las tranquilas horas contemplarte,
con tu empinado lomo de ballena
que un rudo hachazo dividiera en dos!

Alfredo Espino.

LA CRUZ DE MAYO

[Poema Completo]

Las azules campánulas que visten la pradera;
todos los frutos rubios, todos los tiernos cantos,
para adornar con ellos estos brazos tan santos,
estos brazos tan santos de la cruz de madera…

Y allí, bajo el amor de alguna enredadera,
cabe un árbol que tienda sus enflorados mantos
y un amate en que tiemblen —corno gotas de llantos—
lágrimas del rocío que en la noche cayera…

Allí hubiera una cruz; enfrente los caminos
donde pasan carretas, entre flautas de trinos,
bajo la pedrería de esos soles de mayo…

Para que así la cruz recibiera homenajes
de pájaros y ríos; de vientos y ramajes,
y que el sol la besara con el beso de un rayo…

Alfredo Espino.

LUNA EN LAS ONDAS

[Poema Completo]

Viola un grito el silencio de la noche en aumento;
es un pájaro errante que anda por el camino…
Al acallarse el grito, vago son peregrino
a mi cayuco viene llorando sobre el viento…

Endulza la tristeza del nocturnal momento;
parece que surgiera de algún rancho vecino;
es la música triste de un amor campesino,
una pena escondida que se torna en lamento…

Al oírlo, me invaden unas tristezas hondas…
Al cielo busco, y lo hallo parpadeando entre frondas…
Yo dejo a mi cayuco que a su capricho bogue:

y adormece mis penas, cantándome, el oleaje;
y me encanta la noche con su calma salvaje,
y el lago, en cuyas ondas flota un trémulo azogue…

Alfredo Espino.

BAJO EL TAMARINDO

[Poema Completo]

El viejo tamarindo… Debajo, la carreta
descansando a la sombra del árbol protector,
y el boyero que sueña con sus horas de amor
en la fuga tranquila de otra tarde más quieta…

El cansado boyero tiene alma de poeta,
y es por eso que evoca, con tristeza o dolor
de los blondos maizales el pausado rumor
y los montes lejanos, y el celaje violeta!…

Pobre, triste boyero, que sueña en el regreso
a su humilde vivienda, donde le aguarda el beso
de unos labios que saben a miel de colmenar!…

Se ha quedado soñando con sus montes lejanos,
y ha cruzado en el pecho sus dos trémulas manos
al oír en la iglesia las campanas llorar…

Alfredo Espino.

CIELO ENTRE RAMAS

[Poema Completo]

La media tarde es ingrata;
tiene sueño la arboleda,
y un pajarito de seda
sus besos de amor desata…

Vuelan sobre las barrancas
dos alas de armiño agrario:
son como tus manos blancas
cuando rezas el rosario…

Quién sabe por qué hondo anhelo
se apaga en el corazón
bajo la ilusión del cielo,
el cielo de una ilusión…

Vuelan sobre las barrancas
dos alas… Aquellas dos
son como tus manos blancas
que me están diciendo: adiós…

Alfredo Espino.

UN ÁRBOL DEL CAMINO

[Poema Completo]

Del camino en la margen verdeoscura,
se abre la mansedumbre del ramaje,
y el árbol es, en medio del paisaje,
igual que entre un pesar una ternura…

Es ondulante copa de frescura
para el pájaro azul que va de viaje,
y un remanso de amor, en el ultraje
del sol que se derrite en la llanura…

Árbol de paz; entre el silencio santo
deshoja a veces el rosal de un canto
en la quietud de las llanuras muertas…

Amate misterioso, a cuyo amparo
mi corazón es como un nido claro,
y los ramajes son alas abiertas…

Alfredo Espino.

EL RIO

[Poema Completo]

Sobre el agua que peina sus bucles ondulantes
se entrelazan las ramas, como brazos floridos,
y los bejucos dóciles se quedan suspendidos
como guirnaldas de ópalos, zafiros y diamantes.

Cafetales oscuros, cocales cimbreantes
lo arropan con sus sombras de hermanos siempre unidos;
y lo arrullan con músicas y cantos, en sus nidos,
los poetas del bosque, los pájaros errantes.

Cuando derrocha perlas, cuando pone la Aurora
sus nimbos en las frentes ceñidas de los montes,
estalla un armonioso concierto de zenzontes…

¡Y cuando Febo suelta sus deslumbrantes tocas,
cantas las lavanderas su marcha atronadora
al herir con sus trapos el yunque de las rocas!

Alfredo Espino.

EL ARBOL

[Poema Completo]

Estremece sus frondas con grácil movimiento
el maquilishua en flor. Y bajo el vespertino
cielo, se va alfombrando la tierra del camino
con la irisada lluvia que hace caer el viento.

Los pájaros del bosque preludian un lamento
lleno de dulcedumbres; se desenvuelve el trino
entre un nido de flores.., y tórnase divino
el árbol, porque canta como el árbol del cuento.

En medio del fragante silencio del paraje
los pájaros emprenden su interrumpido viaje,
mientras la luz prodiga sus lánguidos rubores.

Por entre el maquilishua la tarde azul destella;
y al revolar el viento, de lo alto ve una estrella;
que en las sombras el árbol sigue llorando flores.

Alfredo Espino.

EL ESTERO

[Poema Completo]

Agua tan quieta. ¡En cada amanecida,
despierta dormida!
Tan azul, que las garzas en sus vuelos
parecen alejarse entre dos cielos!

La dulce mañanita del estero…
Un arrebol detrás de un cocotero.
Una barca, dos remos. La atarraya,

una garza que viene y en la playa,
pasa el blancor callado de sus plumas…
Simulando una espuma sobre espumas…

Alfredo Espino.

MUGIDO LEJANO

[Poema Completo]

¡Tó, tó!, grita el arriero; con su gritar incita
el andar perezoso de la tarda boyada;
alguna res tardía se queda rezagada:
la frescura del agua silenciosa la invita…

Bebe a sorbos tranquilos; con la cola se quita
las flores que la bañan en lluvia perfumada
y al pasar sobre el agua la luz de su mirada,
ve a lo lejos la blanca silueta de la ermita…

Las riendas del arriero suenan sobre la albarda
y grita nuevamente para iniciar la tarda,
la silenciosa marcha de las cansadas greyes…

Todo cesa; tan sólo sigue el agua cantando,
el indeciso, en la tarde, se oye de cuando en cuando
el lejano mugido que al viento dan los bueyes.

Alfredo Espino.

CON LOS CANTAROS

[Poema Completo]

La siesta brota llamas. Intérnase el bochorno

por entre el mudo palio de la hojarasca vana,

y sopla un viento cálido —como bostezo de horno—

en la sábana extensa de la verde sabana…

 

El río corre lejos, y en las selvas, en torno,

le dan —materno abrigo— su penumbra liviana;

y las umbelas pródigas le dan su agreste adorno,

y toques de esmeralda la caprichosa liana.

Alfredo Espino.

QUEZALTEPEC

[Poema Completo]

La noche fue dantesca. . . En medio del mutismo
rompió de pronto el retumbar de un trueno…
Tropel de potros que rompiera el freno
y se lanzara, indómito, al abismo…

Un pálido fulgor de cataclismo,
al cielo que antes se mostró sereno,
siniestramente iluminó de lleno,
como si el cielo se incendiara él mismo…

Entre mil convulsiones de montaña
se abrió la roja y palpitante entraña
en esa amarga noche de penuria…

Y desde el cráter en la abierta herida,
brotó la ardiente lava enfurecida
corno un boa incendiado de lujuria.

Alfredo Espino.

LAMATEPEC

[Poema Completo]

El padre de los cerros se levanta
de Siguatehuacán siendo ornamento;
en sus cumbres el trueno es dulce acento
con que le aduerme el cielo entre su manta…

No asombra su altitud, sino que espanta…
Parece que es el claro firmamento
la túnica que el cíclope irredento
pone en sus regios hombros que agiganta.

Mas aunque se alce como inmenso tumbo,
en su garganta —abismo cavernoso—
está mudo el lenguaje del retumbo…

Y ese silencio secular provoca,
a verlo como un cíclope de roca,
eternizado en éxtasis piadoso!

Alfredo Espino.

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Valentina Zoe