Dulcedumbre Jícaras Tristes | Alfredo Espino Poemas

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Presentación de Poemario: Dulcedumbre Jícaras Tristes de Alfredo Espino.

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¡Hola, amiguitos! Disfruten del poemario DULCEDUMBRE que pertenece al libro de poesía de Alfredo Espino Jícaras Tristes.

La obra poética de nuestro insigne poeta Alfredo Espino, está compuesta por 15 poemas: Las manos de mi madre, El dulce anhelo, Con el alma descalza, Desde lejos, Consuelo, Nocturno, Para entonces, Viaje romántico, Misiva intima, Checa, Eglogicas, Un angelito, Invierno, Acero, Atlacatl.

Toda la Obra Poética del Libro JÍCARAS TRISTES la pueden disfrutar en mi Canal de Youtube: Valentina Zoe Tv.

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LAS MANOS DE MI MADRE

[Poema Completo]

Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Solo ellas son las santas, solo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!

Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.

Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).

Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!

Alfredo Espino.

EL DULCE ANHELO

[Poema Completo]

Aquellos tiempos eran corno de un cuento rosa…
En los dorados patios, la “Flor de San Andrés”
llenaba de oro el suave silencio del hogar,
y las estrellas claras temblaban en la pila…

Entonces yo creía que el mundo era un gran patio
todo lleno de flores y pílas con luceros;
miraba las montañas, y las creía enormes
espaldas, sosteniendo la cúpula del cielo…

Una vez, a la Virgen Dolorosa, que estaba
en la penumbra quieta del tibio dormitorio,
le encendí una candela… Yo quería el milagro
de que me aparecieran monedas en mi cofre.

(Y aquella Virgen pálida me causaba una angustia
al mirarle los ojos mojados de amargura…
Pero yo le rogaba, le pedía perdón,
cuando por travesura mataba un pajarito…)

Después… el dulce encanto, se fue.., se fue…
(borrando.
Se fue borrando el tiempo que parecía un cuento…
La vida no era un patio con pilas y con flores
y ya no le pedía milagros a la Virgen…
Y al tener los quince años, cuando leí “María”
recuerdo que me puso muchos días enfermo,
y más de alguna lágrima se me saltó a los ojos;
tenía el ansia triste de ser como Efraín.

Estos recuerdos entran por mi ventana abierta,
(Oh, mis patios callados llenos de pajaritos
y la ventana humilde cuyo marco encerraba
un pedazo de cielo, que a los ojos fingía
un gran pañuelo azul…)

Alfredo Espino.

CON EL ALMA DESCALZA

[Poema Completo]

¡La angustia despiadada
de presentir que todo ha sido en vano!…
(Yo deshojé rosales con mi mano,
por tal que su planta bienhadada
no se hiriera en la piedra…)

Yo me he quitado el alma y la he tendido
sobre un muro de olvido,
corno un manto de hiedra…

Déjame que me enferme…
Por no turbar la calma, junto a ella
lo que sería sol, será una estrella…

Por no turbar su calma,
arroparé mi anhelo entre mi alma,
y él, será como un niño que se duerme…

Seré corno una queja
que va descalza sobre alguna alfombra…
Seré como una sombra que se aleja
por seguir otra sombra…

Ella tendrá alegría entre su boca…
Ella será una lira…
Y yo una suave mano que la toca,
y un viento que suspira…

¡Torre de flores que en mis parques se alza!
¡Corazón que entre rosas se ha dormido!
¡Con tal de no hacer ruido,
sobre las piedras mi alma irá descalza!

Alfredo Espino.

DESDE LEJOS

[Poema Completo]

¡Oh, el íntimo alborozo de los pueriles cuentos
que la buena abuelita de la cabeza cana
y de la amena charla, contaba en la ventana,
mientras se oía el fuerte susurrar de los vientos!

¡Oh, los cuentos de brujas, que hacían los
momentos
de aquella primavera brumosa, tan lejana,
los más bellos minutos que hay en la hora humana,
los únicos instantes que hay de amargura exentos!

¡Aurora de la vida, que de un color de rosas
revestía el contorno de las humanas cosas,
con la tinta celeste de mágicos pinceles!

¡Oh, aurora! Desde lejos te miro. ¡Qué distantes
aquellos inefables, dulcísimos instantes
llenos sólo de aromas y músicas y mieles!

Alfredo Espino.

CONSUELO

[Poema Completo]

Cuán largas que son hoy! ¡Qué presurosas,
cuando a la lumbre del amor corrieron,
las gratas noches que en un tiempo fueron,
besos de luz, sobre jardín de rosas!…

¡ Qué pausadas ahora y silenciosas
las horas que hace poco florecieron
en jardines de notas que gimieron
como quejas de flautas cadenciosas!

En estas tristes noches de tu ausencia,
en que el cielo responde a mis querellas
llorando, en vez de lágrimas, estrellas,

en el cáliz de mi íntima esperanza,
el consuelo, con manos de clemencia,
¡deja caer sus perlas de bonanza!

Alfredo Espino.

NOCTURNO

[Poema Completo]

Algo siento que ha entrado por la abierta ventana.
Tú también has venido, sin duda entre el aroma
de la noche, quién sabe, mas lo cierto es que toma
vaguedades fantásticas tu imagen soberana…

Y junto a mí te sientas, y yo te digo: ¡“Hermana”!,
y me miro en tus ojos donde un llanto se asoma.
(De mi alma brota un verso como lilial paloma
que emigrara de alguna torre de porcelana…)

Y el insomnio echa flores, pues hasta mí viniste
entre el perfume vago de la noche más triste,
como un rayo de luna sobre una fosa abierta…

Pero te vas y grito… Sólo hay nada en la sombra,
y al eco suplicante de la voz que te nombra,
dentro de mí, implacable, la realidad despierta…

Alfredo Espino.

PARA ENTONCES

[Poema Completo]

Lentamente, callada, se ha de acercar un día
y sellará mis labios y apagará mis ojos
y en sus escuetos brazos llevará mis despojos
a esconderlos muy hondo, bajo la tierra mía…

Se agostarán las flores que sembrara en la vía;
y mis locos anhelos y mis tiernos antojos
también se han de apagar así como esos rojos
celajes de la tarde, cuando agoniza el día…

Y la fe de los hombres una cruz ha de darme
cuyos brazos abiertos el sueño han de velarme
cuando en ocaso pliegue sus párpados la luz…

Esa cruz es la misma que en mi vida he llevado
en forma de una lira; sólo que habrá tomado
para entonces la lira la forma de una cruz.

Alfredo Espino.

VIAJE ROMANTICO

[Poema Completo]

Los dos bajo la lumbre del día caluriento.
Qué alegre compañía la tuya y la del sol…
Y tan cerquita vamos uno de otro, que siento
la tentación fragante de tu suave arrebol…

Tú me miras; yo sueño que estoy viviendo un cuento…
y mi sueño interrumpe la voz del caracol;
y al horadar las sedas impalpables del viento,
las chiltotas que pasan son flechas tornasol…

Y nosotros seguimos… la vida está sonriente.
Mas luego, entre verdores, columbramos el puente,
y los naranjos rubios, y el palomar de tabla…

Y al cogerte las manos, quisiera que quisieras
que el puente no acabara, para que así supieras
lo que mi mano dice cuando en silencio te habla.

Alfredo Espino.

MISIVA INTIMA

[Poema Completo]

¡Qué aislamiento en el que estaba hundido!
¿Quién es aquélla, que, callando, aparta
la cortina de sombras del olvido,
con el rayo de luna de esta carta?

¿Qué mano, más que blanca, zahareña,
me escribe estas palabras cariñosas
y el nombre oculta de su dulce dueña,
como tras mantos de intocadas rosas?

Su corazón se hermana con el mío
de aquella amiga, que, callando, aparta
la cortina de sombras de mi hastío,
con el rayo de luna de su carta…

Gracias a aquélla que me da un consuelo,
y tan callando aparta
las nieblas de mi olvido y de mi duelo
¡con el rayo de luna de esta carta!

Alfredo Espino.

CHECA

[Poema Completo]

Nosotros callando de tanta fortuna,
cerca de las cosas que ignoran el mal.
Fuera el río vago, cosa de cristal;
fuera el ojo de agua, nido de la luna.

Como tú, no hubiera compañera alguna,
con tus ojos llenos de sol matinal,
tu cabeza rubia, tu alma de cristal…
Como tú, no hubiera muchacha ninguna!

Y con una dulce compañera tal,
como yo no hubiera ni un otro mortal,
pues la vida fuera toda una canción…

Con los ojos tuyos mi ruta alumbrara,
y tu amor sería luna que anidara
en el ojo de agua de mi corazón…

Alfredo Espino.

EGLOGICAS

[Poema Completo]

Entre el murmurio de los manantiales
que corren bajo glaucos limoneros,
te ritmarán zenzontles montañeros
el oro de sus dulces madrigales…

Y te darán crujientes bambudales
sus remansos de sombras, placenteros,
de los minutos volarán ligeros
vertiendo miel sobre los hondos males…

Ven, y deshoja en las calladas cosas
de estos tan mustios sitios lugareños,
tus besos, que son búcaros de rosas…

Ven, y en reposo de divinas calmas,
bogarán, confundidas, nuestras almas,
en la góndola azul de los ensueños.

Alfredo Espino.

UN ANGELITO

[Poema Completo]

La ventana está abierta; una rosada
claridad ruboriza los espejos;
y de afuera, de lejos,
entre el suave rumor de la alborada.

Surgen las cosas como un sueño incierto.
¡Cuál se despierta el campo esta mañana:
habla desde la torre la campana,
y responde cantando todo el huerto!

El angelito está que no se mueve;
y sus cabellos finos y dorados
sobre la almohada fingen, despeinados,
haces de sol iluminando nieve.

Es todo un angelito el dormilón:
las dos alas, muy hondo las encierra
¡todos los angelitos de la tierra
tienen las alas en el corazón!

Allá donde el lejano monte arranca,
pone su florescencia la llanura;
y en el cielo de límpida tersura
tienden las garzas su guirnalda blanca…

Alfredo Espino.

INVIERNO

[Poema Completo]

¡Bosques en flor! ¡Senderos perfumados!
¡Mañanitas opacas de tristeza!
¡Ríos claros de vida y de pureza!
¡Verde colina! ¡Exúberos collados!

¡Invierno, pasa con tus rosas vanas!
Mira que entre las fiestas que celebras,
las cosas peinan sus marchitas hebras
como si fueran prematuras canas…

La leve nube sobre el monte enreda
su cabellera blanca, blanca, blanca…
Invierno: si tu hielo nos arranca
todas las rosas, ¿qué rosal nos queda?

Invierno: ¡me desalas con tu llanto!
Invierno: ¿Por qué lloras? ¿Por qué lloras?
¡Pasa ya, vuela ya! mas gratas horas
harán que torne la alegría en tanto…

Alfredo Espino.

ACERO

[Poema Completo]

Arrojan desde el árido peñol
sus innúmeros dardos los flecheros,
y luchan bajo el sol tantos guerreros,
que nada igual se ha visto bajo el sol…

Ardor de indiano, orgullo de español
en choques de obsidianas y de aceros,
tanta sangre han vertido, que en regueros
bien formaran un río de arrebol.

Sigue la lucha sobre el llano inmenso.
No ceden ni unos ni otros. Un intenso
fragor sacude al bosque más lejano…

Y tantas flechas vuelan, que parece
que el día se oscurece de repente
porque la noche vuela sobre el llano…

Alfredo Espino.

ATLACATL

[Poema Completo]

Aquel indio Atlacatl con su figura
de recios bíceps y de pecho erguido,
y que en una leyenda hubiera sido
de un Hércules de bronce la escultura.

Pasó en la vida corno en la pavura
de virgen selva, un viento enfurecido.
Murió de pie, al igual que árbol herido
por el hacha de un rayo en la llanura…

Aquel indio Atlacatl, supo de amores,
que también en las rocas nacen flores
y un oleaje entre espumas se avasalla…

Y tal amor del indio indómito era
corno una florecida enredadera
sobre la desnudez de una muralla.

Alfredo Espino.

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Valentina Zoe